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«Internet de las cosas»: ¿Golpe de gracia a la privacidad?

26 May

Traduje un artículo que Bruce Schneier, uno de los más reconocidos expertos en seguridad informática publicó en el diario británico The Guardian. El artículo se llama «Will giving the internet eyes and ears mean the end of privacy?», y si leen en inglés, pueden acceder a su versión original aquí. Me gustaría saber la opinión de quienes lean el artículo, en todo caso lo discutimos en los comentarios.

Bruce Schneier

Bruce Schneier

Darle ojos y oídos a Internet, ¿significará el fin de la privacidad? Por Bruce Schneier
Las corporaciones y los gobiernos están convirtiendo a Internet en una colosal herramienta de vigilancia siempre activa. Cuando los objetos inanimados sean capaces de reportar lo que está pasando, ¿dónde estará el equilibrio de poder?
Internet se ha convertido en una herramienta de vigilancia masiva. Somos monitoreados constantemente en Internet por cientos de compañías, tanto conocidas como desconocidas por nosotros. Todo lo que hacemos allí es grabado, guardado y relacionado, a veces por corporaciones que quieren vendernos cosas, otras veces por gobiernos que quieren tenernos bajo control.
La conversación efímera ya no existe. La vigilancia al por mayor es la norma. Mantener la privacidad a salvo de estas entidades tan poderosas es básicamente imposible, y cualquier ilusión de privacidad que mantegamos se basa en la ignorancia, o en la negación a aceptar lo que realmente pasa.
Sin embargo, todo está por empeorar. Las compañías como Google pueden saber más acerca de los intereses personales de alguien que su cónyuge, pero hasta ahora esta información está limitada, por el hecho de que estas compañías sólo pueden ver datos de computadora. No obstante, es cada vez más posible relacionar los hábitos en la computadora con la conducta offline, pero lo cierto es que se trata de aquellos aspectos de nuestra conducta que involucran una computadora.
La «Internet de las Cosas» es un concepto que refiere a un mundo en el que muchas más cosas además de nuestras computadoras y celulares son capaces de conectarse a Internet. Muy pronto habrá módulos conectados a Internet en nuestros autos y casas. Los dispositivos médicos con conexión a Internet recolectarán datos sobre nuestra salud en tiempo real. Habrá etiquetas conectadas a Internet en nuestra ropa. Llevado al extremo, todo podrá ser conectado a Internet. Sólo es cuestión de tiempo hasta que estas computadoras con conexión inalámbrica y autoalimentación eléctrica se vuelvan más pequeñas y más baratas.
Mucho se ha escrito acerca de la «Internet de las Cosas» y de cómo cambiará a la sociedad para mejor. Es verdad que hará posible muchas cosas maravillosas, pero esta «Internet de las Cosas» también permitirá la vigilancia en un grado aun mayor que el actual. La Internet de las Cosas les da a los gobiernos y a las corporaciones que siguen cada movimiento nuestro, algo que aun no tienen: ojos y oídos.
Pronto todo lo que hagamos, tanto online como offline, será grabado y almacenado para siempre. La única cuestión que queda por resolver es quién tendrá acceso a toda esta información y bajo qué reglas.
Estamos viendo un indicio preliminar de todo esto en el modo en el que los sensores de ubicación de nuestros celulares se usan para seguir nuestros pasos. Desde luego, la empresa de telefonía móvil necesita saber dónde estamos, porque si no, no podría hacernos llegar las llamadas. Pero la mayoría de nosotros informamos de nuestra ubicación a otras compañías cuyas aplicaciones hemos instalado en nuestros teléfonos. Google Maps, desde luego, pero, además, una cantidad sorprendente de otros proveedores de «apps» que recolectan esa información. Puede ser utilizada para determinar dónde vivimos, dónde trabajamos, y con quiénes pasamos nuestro tiempo.
Otro «early adopter» fue Nike, cuyas zapatillas Nike+ se comunican con nuestro iPod o iPhone y registran el ejercicio que hacemos. Más en general, los dispositivos médicos empiezan a tener conexión a Internet, recolectando y reportando distinto tipo de datos sobre nuestra salud. Conectar los electrodomésticos a Internet es uno de los pilares de la «red eléctrica inteligente«. Sí, hay un ahorro potencial enorme asociado con la red eléctrica inteligente, pero también les permite a las compañías de electricidad (y a cualquiera a quienes ellas decidan venderle información) monitorear cómo la gente se mueve dentro de su casa, y cómo pasa su tiempo.
Los drones son otra «cosa» que se está mudando a Internet. Mientras su precio continúe cayendo y sus capacidades incrementándose, se convertirán en una herramienta de vigilancia muy poderosa. Sus cámaras son lo suficientemente poderosas como para ver las caras con claridad, y existe suficiente cantidad de fotos etiquetadas en Internet para identificar a la mayoría de las personas. No llegamos aun a tener algo como un Google Earth en tiempo real, pero no estamos a más de unos cuantos años de conseguirlo. Y los drones son solamente una aplicación específica de las cámaras de CCTV (circuitos cerrados de TV), que han estado monitoreándonos durante años, pero que comenzaron a estar conectadas, en número creciente.
Los anteojos con conexión a Internet de Google (Google Glass), son otro gran paso en este camino hacia la vigilancia. Su capacidad para grabar tanto audio como video llevará la vigilancia ubicua a su siguiente nivel. Una vez que se vuelvan algo común, no habrá forma de saber si estamos siendo grabados tanto en audio como en video. Deberíamos más bien asumir que todo lo que hagamos y digamos será grabado y almacenado para siempre.
En el corto plazo, al menos, el volumen de datos limitará el tipo de conclusiones que puedan extraerse. Cuán invasivas serán estas tecnologías, depende de formularse las preguntas adecuadas. Por ejemplo, si un investigador privado está vigilándote en el mundo físico, podría observar conductas poco comunes, y profundizar su investigación basándose en ello. Tales observaciones casuales son difíciles de alvanzar cuando se están filtrando bases de datos basándose en consultas preprogramadas. En otras palabras, es más fácil formular las preguntas acerca de lo que compramos y de dónde estábamos, que preguntar qué hicimos con lo que compramos y por qué fuimos donde fuimos. Estas limitaciones analíticas también significan que compañías como Google o Facebook se beneficiarán más de la «Internet de las Cosas» que los individuos; no solamente porque tienen acceso a un mayor volumen de datos, sino también porque tienen una tecnología de análisis de datos más sofisticada. Y a medida que estas tecnologías continúen mejorando, la capacidad de analizar en forma automática este flujo automático de datos mejorará.
En el largo plazo, la Internet de las Cosas significará vigilancia ubicua. Si un objeto «sabe» que lo compramos y se comunica via WiFi o celular, entonces el destinatario de esa comunicación sabrá dónde estamos. Nuestro auto sabrá a quiénes transporta, quién maneja y qué leyes de tránsito respetamos o no. No hace falta mostrar la licencia de conducir, nuestra identidad ya será conocida. Los que nos atienden en los comercios podrían saber nuestro nombre, dirección y nivel de ingresos apenas cruzamos la puerta del negocio. Los carteles nos mostrarán publicidad «a medida», y registrarán cómo respondimos a ella. Los locales de comida rápida sabrán lo que habitualmente comemos, y cómo instarnos a consumir más. Muchas empresas sabrán en compañía de quién pasamos nuestros días (y nuestras noches). Facebook sabrá acerca de nuestra nueva «situación sentimental» incluso antes de que nos molestemos en ir a publicarlo en nuestro perfil. Y toda esta información será guardada, relacionada entre sí, y estudiada. Incluso hoy en día, nos parece ciencia ficción.
¿Nos enteraremos nosotros de esto? ¿O nuestros amigos? Depende. Muchos de estos dispositivos tienen, y tendrán, opciones de privacidad. Pero estas opciones se destacarán no tanto por cuanta privacidad ofrezcan, sino por cuánta nieguen. El acceso probablemente será similar a nuestros hábitos de navegación en la Web, nuestros archivos guardados en DropBox, nuestras búsquedas en Google y nuestros SMS con el celular. Todos estos datos son guardados por estas compañías (y por muchas otras), relacionados entre sí y luego comprados y vendidos sin nuestro conocimiento ni consentimiento. Alguien podría pensar que las opciones de privacidad le impedirán a cualquier extraño acceder a saberlo todo acerca de nosotros, pero en realidad los únicos que no puedan acceder a ello serán los extraños que no puedan pagar por ese privilegio, o que no trabajen para algún gobierno que tenga la capacidad de demandar esos datos. Es el poder lo que importa aquí: seremos capaces de evitar que quienes no tengan poder invadan nuestra privacidad, pero será imposible evitar que los poderosos lo hagan, una y otra vez.

Bruce Schneier es un experto en seguridad. Su último libro es «Liars and Outliers: Enabling the Trust Society Needs to Thrive». Su sitio Web (en inglés) es http://www.schneier.com

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6 comentarios

Publicado por en 26/05/2013 en Cultura Libre

 

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6 Respuestas a “«Internet de las cosas»: ¿Golpe de gracia a la privacidad?

  1. Mario Finotti Silva

    28/05/2013 at 0:11

    Caro Juan,

    Muito interessante o texto visto que é uma das pontas do meu objeto de pesquisa dentro da universidade em que estudo mestrado aqui no Brasil em SP.
    Meu blog é: http://rs-medos-fobias.blogspot.com.br

    Nesse processo de pesquisa ele mudou um pouco do escopo original.

    Aos poucos vou reportando.

    Abraços.

     
    • Juan Marquez

      28/05/2013 at 0:19

      Gracias por tu interés en el artículo. Suerte con tu investigación (pesquisa).

       
  2. Cristina Pichel

    28/05/2013 at 0:53

    Hola Juan:
    El comentario a comtinuación lo escribí primero en ¿Quién escribe?, luego me di cuenta que debía estar acá.

    Saludos

    «Vi el enlace en Face y como el tema me interesa llegue a tu blog.
    Veo muchas películas y series de ciencia ficción, y estoy segura que se basan (la mayoría) en hechos reales, como el control a cada ser humano porque da poder. Que es lo que aquellos que ya lo tienen necesitan más y más. No solo quieren más dinero.
    Saludos»

     
    • Juan Marquez

      28/05/2013 at 13:57

      Es un tema interesante, obviamente no el único ni el más importante, pero no por eso hay que minimizarlo. Gracias por comentar. (Borro el otro comentario).

       
  3. Joaquin

    28/09/2013 at 12:19

    En relación a esto que comentas de internet, al menos si que estoy viendo últimamente que se les obliga a las webs a pedir tu aceptación de las famosas cookies para aprobar que te vigilen…

     

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